El Ser humano vive en piloto automático con una máquina extraordinariamente fabricada para mantener la inconsciencia de la vida y de la muerte, así como la inconsciencia de quien es uno y qué significa existir. Una vida biológica y psicológica que quiere mantenerse intacta para evitar la angustia que no pudo resolverse a la edad temprana en que apareció por primera vez y que detonó en la construcción de una “máscara” que dio lugar a un personaje con el que vamos a tener que lidiar a lo largo de nuestra vida, y que está a la defensiva en un mundo que detecta como hostil.
Cuando no se puede sostener el personaje enmascarado en que uno se convierte, preferimos victimizarnos en la gran mayoría de las veces, en un mundo en que ser víctima produce resultados. Multinacionales farmacológicas, trabajan sin descanso para crear medicaciones que narcoticen de la angustia, de la ansiedad y del desasosiego que produce la vida inconsciente y que producen resignación y depresión anímica, rentabilizadas por una actitud victimista, un “mira lo que me ocurre”.
En este taller vamos a ver cómo nos narcotizamos y luchamos por seguir narcotizados, y preferimos soluciones rápidas y que vengan desde fuera, y a ser posible instantáneas, que despertar a quien es uno y qué pasa con uno: el autoconocimiento.
El Eneagrama aparece por nuestras vidas para señalarnos quiénes somos y en qué nos hemos convertido y cómo salir de ahí sin prisas, sin “pastillas” y guiados con un esfuerzo para la honestidad y re-conocimiento, re-cuerdo, o lo que es lo mismo, recuperar el amor por nosotros mismo y la aceptación incondicional y confianza.
Ésto último lleva su tiempo y esfuerzo, y al personaje no le agradan los esfuerzos, la intervención en sus costumbres y mucho menos las transformaciones.